reviure els clàssics


Después de ver Super 8 uno tiene la sensación de que ya ha hecho los deberes cinematográficos del verano, y eso funciona para lo bueno y para lo malo. Para lo bueno porque esa idea confiere al hecho cinematográfico una importancia muy poco acorde con la época que vivimos – el cine lo disfrutamos en gran medida en casa-; y para lo malo por todo lo que se le presupone a priori a la película y que después puede volverse contra ella.

Con Super 8 se han conseguido varias cosas interesantes. En primer lugar que la gente tenga ganas de ir a una sala de cine para ver un producto que podría consumir, sin duda  hoy día, en casa y de forma gratuita. En segundo lugar, que vuelva el “cine de nombres” (algunos dirían de autor, pero ese término parece demasiado sagrado para concedérselo a cineastas comerciales como Spielberg, que sin duda lo merecería) que por sí solos levantan una determinada expectativa. En tercer lugar ha prometido meter a los espectadores en un Delorean que los llevará de nuevo a los 80 para volver a padalear las mieles del mejor cine Blockbuster: aquel que conjugaba, supuestamente, calidad con diversión y que se dirigía a todos los públicos. Y finalmente ha logrado  resucitar la idea de que el cine puede volver a ser mítico en su liturgia y en su consumo, y que esa mitificación puede conseguirse siempre en el visionado colectivo,  siempre en una sala y a ser posible  en un entorno grupal, casi de pandilla,  que haga participar activamente a los espectadores desde la nostalgia. ¿O es que hay alguien que piensa que es mejor ver Super 8 en el plasma de 42 de casa, solo y bajada de internet que ir a verla al cine con los amiguetes de tu generación?

Todo esto hace de Super 8 una película, a priori, muy particular.  Promete mucho pero no ya desde el inicio del metraje, sino desde la promoción misma de la película. Consigue meterse a un público muy fiel a su memoria cinematográfica en el bolsillo y ese mismo público seducido de antemano, ya adulto y probablemente con familia y amigos a sus espaldas, atraerá a un nuevo público, más joven, empujado por el entusiasmo de experimentar lo que una vez les hizo felices e hizo felices a tantas personas.  La nostalgia es, pues, una de las grandes bazas de esta película, pero también su gran peligro.

Y es que la nostalgia provoca expectativas difíciles de superar. Y se ha vendido que Super 8 es la recuperación de un cine ya extinguido, algo que puede quedar en la nada si no se tiene en cuenta precisamente que el cine de los 80 ya no existe ni como cine ni como época.  Que los mecanismos que mueven el lenguaje cinematográfico actuales han cambiado y también el espectador y sus necesidades, y el cortocircuito que puede provocar ver una determinada intención “a la antigua” con otra absolutamente moderna (con más prisas, quizá más efectista, empresarial  y menos sincera) puede ser fatal. Y viendo Super 8 eso puede suceder.

 

Puede suceder que en el momento álgido de la película ésta falle y se deje llevar por cuestiones que un cine, realizado por un determinado tipo de cineasta y en otra época no hubiese permitido. Puede suceder que ciertos aspectos muy buen cuidados durante la primera hora de la cinta dejen de estarlo de golpe y porrazo por cuestiones lejanas al concepto de autoría, e incluso  puede suceder que cuando la película termine te quede la sensación de que algo no cuadra, que hay algo de lo que has visto no acaba de funcionar como debería.

En Super 8 puede pasar que lo más interesante, la relación pandillesca y el análisis de personajes infantiles vividas en cintas como Stand by me o The outsiders a mitad de metraje se deje de lado y deje paso a otras cuestiones, más frías y menos emocionales, o más acorde con los ritmos de los nuevos espectadores. También puede pasar que eso, ese factor nostálgico que era el verdaderamente buscado por un determinado tipo de público, se quede a mitad de camino, y por lo tanto puede ser que eso le provoque una decepción notable.  Y entonces puede ser que no consiga ni superar la comparación con una cinta que seguro no es  superior a la película de Abrahams, The Goonies, pero que sale vencedora simplemente porque esa película ese mismo espectador la vio cuando tenía 12 años. Vencen los Goonies por la misma nostalgia que construía –y supuestamente llevaría al triunfo- a Super 8

También puede suceder que el misterio prometido en el desarrollo de la historia no sea tan interesante ni que su resolución produzca tanto placer como la que producían  las películas en las que Super 8 claramente se basa. Puede ser que no queden claras algunas cuestiones que envuelven ese mismo misterio y que eso aleje un poco al espectador de lo que ha visto, algo que no sucedía en las cintas de las que ésta se nutre. O al menos, la nostalgia que te ha llevado al cine te puede hacer creer eso: que todo lo que ves que no acaba de resolverse sí se resolvía en el cine ochentero que tanto gusta al espectador de esta película. Y puede que tampoco sea cierto. Es posible. Es el problema que tiene el recuerdo.

También puede pasar, salvado el factor nostálgico,  que en esta película te encuentres un nivel técnico difícilmente superable, unas interpretaciones magistrales e incluso unos personajes entrañables que te acerquen a ese paraíso cinematográfico perdido aún sin buscarlo. Porque en tu historia de amor con el cine has visto esas películas y forman parte de tu pasión… pero también eso puede que se rompa por la narración de una historia de corta y pega de tantas y tantas historias vistas y ya disfrutadas  y que además se resuelve de una forma cuanto menos precipitada. Y que esto ya no sea algo excusable si se tiene en cuenta la cantidad de tiempo y de dinero que hay detrás de una producción de este tipo. O sí, si se ve desde el prisma de cine como negocio y no como “experiencia”, tal y como se ha vendido esta película. Y entonces lo que había conseguido la película en un primer tramo podría diluirse y llegaría la decepción. Y se produciría la desconexión y desaparecería la empatía con los personajes. Tanto en los espectadores nostálgicos como en los que tratan de desvincularse de su memoria y solo buscan el goce del cine-espectáculo y de calidad.  Podría pasar eso.

 

O no. También puede pasar que el espectador de Super 8 se deje de monsergas y disfrute de lo que está viendo sin preocuparse de comparaciones y del cine y de la experiencia de ir al cine, de reír, de asustarse, de emocionarse… Eso también puede pasar. Porque elementos para hacerlo la película  los tiene. Pero la sensación es que es un producto muy bien pensado y comercializado para ser algo que no es, un nuevo mito cinematográfico para unos y para otros, para jóvenes, no tan jóvenes y adultos. Y no lo es sobre todo porque deja de lado algo que los maestros que fueron la base  para que esta película existiera nunca hubiesen dejado de lado: el amor por el cine. O al menos por un determinado tipo de cine, el que curiosamente ha vendido esta película. Y no es que Abrahams no ame el cine, es que lo ama de un modo diferente al que lo amaban sus maestros en la época que su película refleja. De una forma más cercana al mejor momento de la película, que se encuentra en los créditos finales de la cinta. Ahí está el espíritu de los 80, la ingenuidad, el amor por el cine… que solo puede arriesgarse a volver cuando la mitad de la sala ha abandonado su asiento. Pero que al menos esté ahí es mérito de su director y con ello la esperanza de que en un futuro se obsesione más por ser coherente consigo mismo y no con un elemento nostálgico escurridizo e inalcanzable.

 

P H E N O M E N A

Ja està, s’ha acabat. Després de moltes sessions, cues, alegries, tristeses, passions, somriures, enrabiades, angúnies… tot barrejat. Ja s’ha acabat.

I un cop més, les meves vacances -reals- s’han anat i m’han deixat orfa d’emocions un cop més a les portes d’uns dies que s’intueixen freds, complicats. Provaré de pensar en el proper octubre -que ara sembla llunyà i decidit a fer-me-les passar putes-… encara que sé que les coses que acaben només deixen viva la nostàlgia, com els personatges de l’excelent Herois es van encarregar ahir de explicar-me de la manera més directe…

Tinc ganes d’explicar com han anat les coses durant aquests dies a la ciutat més maca del món, d’explicar les emocions que he anat sentint amb les pel.lícules que he pogut veure, experimentar… sentir, en alguns casos; però no sé si aquestes ganes acabaran un cop passin els dies. Aixi, començo quelcom que potser acaba d’aquí a dues hores… o potser d’aquí a uns anys.

Mai se sap. Aquest bloc és una mena de lluita i contradicció continua. I em sembla que sempre serà així. Ves a saber: potser és la única manera que tinc d’afrontar tot allò que em fa anar més enllà de la rutina de cada dia…

Deixo a continuació els títols de tot allò vist des del 7 fins al 17 d’octubre. Ara manca saber si en tindré ganes de fer més comentaris. Els dies ho diran.

Ara estic massa ferit pel final de la ilusió.

Catfish. Los ojos de Julia. Confessions. Rubber.  A woman, a gun and a noodle shop. Agnosia. The shining. Legend of the fist. Notre Jour Viendra. Carne de neón. The Last Exorcism. Secuestrados. Fase 7. The Ward. La casa muda. Dream home. Vanishing on 7th street. Insidious. 14 days with Victor. The new daughter. Outrage. Amphibious 3D. I want to be a soldier. We are the nights. The perfect host. Monsters. Uncle Boonmee Who can Recall his past lives. Let me in. A Serbian film.  Herois. The Housemaid. Mother’s day. I saw the devil.

(escrit per ser publicat el passat dissabte dia 11)

 

Avui no vinc sol a Sitges. Finalment, i després de molts anys de veure com jo marxava sol amb el tren al voltant de l’octubre per veure un seguit demesurat de pel.lícules, dos dels meus amics s’han decidit a acompayanar-me i veure amb els seus propis ulls què coi és això del Festival. Encara que això era l’excusa, perquè el que ens venia de gust a tots tres era trobar-nos i passar unes bones estones dinant, sopant o al cinema. Però tots tres junts i rient-nos de tot i tothom, inclosos nosaltres mateixos.

I ha estat realment agradable. Amb ells el Festival lluia més perquè ja sabeu el què diuen: tot existeix en el moment en que algú més t’acompanya i les coses només es carreguen de sentit quan algú més participa de les teves vivències. I és molt cert. I si aquest algú són dues de les persones que més t’aprecies, doncs el resultat és una experiència el doble de maca i satisfactòria del que normalment ja és.

El que no sé és com haurà estat per a ells. Em consta que s’ho han passat de conya i han rigut molt, però la qüestió cinematogràfica no ha estat la més encertada, en el seu cas. I això que els cabronassos han vist la que es diu serà la gran triomfadora del Festival, la sueca Let the right one in. Una història preciosa entre un nen que no troba el seu lloc i una nena vampiressa que li fa la vida més fàcil i agradable. Una posada al dia i una nova perspectiva del tema del vampirisme al cinema, i una bufada d’aire nou a tots aquells que de vegades creiem que determinats temes poden estar morts i enterrats. El problema, però, pels meus amics Jose i Marc ha estat que es tracta d’una cinta de ritme lent i que s’ha passat a una hora complicada i a més un divendres, el dia que tothom està més cansat. I no els hi ha agradat. Què hi farem! M’ha sabut greu, però el que és maco del cinema és la varietat de gustos i opinions, i el fet de compartir una pel.lícula i poder comentar-la amb ells ja ha estat prou regal per mi, que de vegades tendeixo, en això del cinema, a un cert aillament.

Ja en parlaré, d’aquesta història de vampirs tan peculiar en el seu moment. Però ara vull acabar de comentar el dia. Perquè la cosa s’ha posat realment divertida quan un cop dins de la sala he sentit que algú cridava el meu nom. I jo que em giro i veig a dos ex alumnes de l’any passat, el Pol i el David, cridant-me a uns metres nostres. M’apropo. Estaven exultants. Les seves cares brillaven. Em recordaven a mi fa molts anys, quan anava pel Festival al.lucinant amb tot el que veia, i fent els possibles per entrar a la sessió que fos, si podia ser pel morro. Exactament el que els dos peces aquests han estat fent: els paios s’han fabricat una acreditació de… promotors??? i amb ella han entrar per la cara a un parell de sessions, inclosa la vampírica que esmentava abans. Nada más y nada menos! La peli que tohom volia veure! I els animals han aconseguit passar! Impressionant!

No podia parar de riure, i em semblava genial. I no com a demèrit del Festival, ni molt menys. De fet, estic convençut que els han deixat passar de pura simpatia i pel morro que li han fotut al tema, sobretot desprñes que m’expliquéssin amb més detall com ho havíen aconseguit… Em sembla genial per l’entusiasme, per les ganes, per la cara i per l’expressió que feien tots dos en veure la sala i on eren, en estar al Festival. En gaudir del cinema, en definitiva. Pol, David, ja us he dit pero ara ho repetixo públicament: el vostre ex tutor i professor de castellà és el vostre fan número 1! I l’any que vé espero tornar-me a trobar amb vosaltres!

M’he deixat de comentar que abans de tot això s’ha passat Prime Time, una òpera prima d’un director espanyol força fluixeta i que abans d’ella, s’ha projectat un curt -anomenat SNIP-, que ha fet regirar l’estòmac a més d’un i de dos… Aquest Sala és un terrorista! I cada cop em fa més al pes com a director del Festival, la veritat…

Demà s’acaba el tema, nois. I ja veig a venir la meva reacció. Però de moment gaudim de les hores que falten, i afortunadament, aquest cop en bona companyia… Que duri!

 

(demà Long Weekend, Sessió sopresa i The city of Ember)

(post pensat per ser penjat ahir dimarts)

 

Estic fins el collons de bocatas. No puc començar d’una altra manera aquest post, o article, o com se li digui que d’aquesta forma, tenint en compte que porto cinc dies alimentant-me de pa, embotit i un altre cop pa. Patètic. Però és que això no s’atura, i jo vaig tant de cul que ja no sé ni qui coi sóc. De fet, ahir escrivint sobre el biopic del Thompson em va semblar al.lucinar de manera considerable i em penso que d’alguna manera això s’hi veurà reflectit en el comentari; ara falta veure quan coi l’acabo i el publico.

Disculpeu la vulgaritat, però és que avui m’he adonat que no tinc temps ni de rendir comptes amb la meva pròpia natura. I m’he adonat de la pitjor de les formes: només arribar a casa de la feina he notat que l’estòmac reclamava el seu propi espai per tenir una conversa seriosa amb la tassa, la seva amiga i confident de sempre; i m’he adonat que feia uns quants dies que aquesta conversa, sempre interessant i constructiva, feia temps que no es desenvolupava de forma regular. Això m’ha fet posar-me alerta i he decidit que calia parar un segon i respirar. I un cop havent respirat profundament, preparat un bon cafetó (el que em faltava, diria més d’un que em coneix) i relaxat m’he dirigit cap a Sitges un cop més. Ciop de cotxe, de volant, i música del Damien Rice clavant-me ósties. Pel mirall només el mar, i sempre fugint de tot allò que sempre provo de deixar enrere… 

Arribo. I estic de mala lluna, ho reconec. Avui és dilluns i la màgia que tots aquests dies envoltava la meva existència s’ha convertit en qualsevol cosa excepte això. La tornada a la rutina és com la bufetada de realitat que marca el final del somni i el principi de la realitat, encara que de vegades aquesta realitat sigui interessant i constructiva. El cas és que essent comés avui dilluns, m’és força difícil determinar què té d’interessant qualsevol cosa que tingui a veure amb responsabilitats i compromisos. Suposo que demà veuré les coses d’una altra manera. O això, o inauguraré una nova forma de depressió, no tant postvacacional -no estic pas de vacances quan vaig al Festival– com postil.lusòria.

Com sempre el primer que veig són les cares dels friquis de sempre -els mateixos que deuen pensar el mateix de mi- i m’adono que últimament la meva vida sembla encerclada en una repetició de l’estil del dia de la marmota a la pel.lícula del Harold Ramis: cinema, cua, jalància, cinema, cua, jalància.. i així fins a quatre vegades en un sol dia… Enteneu-me: no em queixo pas, m’ho passo molt bé, tant sols penso en com un cosa tant absurda em pot arribar a fer tan sumament feliç… ja ho pensen, alguns dels meus alumnes, que estic com una cabra. No m’estranya. Jo ho pensaria.

El dia comença amb La possibilité d’una ile de l’escriptor i ara també realitzador Michelle Houellebecq. I vinga, serem sincers: dels 90 minuts i escaig que ha durat la projecció una part considerable me la he passada clapant com una marmota. No sona massa elegant, ja ho sé, però tampoc és elegant mentir, i preferixo ser sincer amb volsaltres. I el fet és que la part més interessant de la cinta la vaig viure en despertar, quan la cosa va de capa caiguda… una pel.lícula força pesada i prou espessa com perquè la gent xiulés al final de la projecció, un fet que aquest any encara no havia observat malgrat més d’una de les produccions vistes fins aleshores s’ho mereixés…

I quan tot semblava perdut, patapam! Arriba la salvació. Jo ja m’estava plantejant fotre el camp, degut al cansament que m’estava envaïnt. I em temia el pitjor amb The good, the bad and the weird, l’última de les pel.lícules que veuria aquesta nit. Però finalment decideixo quedar-me i sort que ho vaig fer! Primer perquè quan accedeixo a la sala topo amb un paio que prèviament havia vist al bar col.locant-se de cerveseta una darrera de l’altre. I com el paio estav envoltat de càmeres, doncs la suposició que és algú conegut és ara una evidència… I a més es que em sona, però no el situo…

Un cop dins l’Auditori m’assec i les càmeres el tornen a perseguir. És obvi que li faran un homenatge, i que és algú clarament relacionat amb el món de la direcció… Qui coi és? I de cop i volta, quan ja sóc a la meva butaca, em ve al cap: és el Ferrara??? Doncs sí. Li donen la famosa Màquina del temps com a reconeixement a la seva obra i el tio que s’apropa a l’escenari i la rep, borratxo com una cuba. I si no el reconeixiaera perquè el tio s’ha engreixat  i està com un bacó!

I comença i no para: que si ell es deu al Buñuel, que si el premi és fantàstic (encara que pregunti què coi és, que no ho sap reconèixer…) i evidentment, jo demà penco. I tinc pressa! M’impaciento i espero que el paio calli d’una vegada perquè sé que la peli coreana dura 130 minuts… I quan finalment calla, comença.

I el que comença és la cinta més divertida que fins ara he vist al Festival. Sense ser una meravella, en gaudeixo moltíssim, dels personatges i de l’animalada que ens proposa aquesta mena d’spaghetti western a la coreana, i es converteix així en el millor que he vist fins ara a la secció oficial. Trist, però és el que hi ha.

Faig a més conversa amb els del costat i ens ho passem com criatures veient-la. Quan acaba estic desvetllat i això em salva la vida: i és que en tornar per les meves estimades costes aquest fet fa que no em mati quan gairebé topo amb unes inoportunes obres que fan aturar el vehicles gairebé sense avisar. La mare que us va parir…. Mentre espero fixo els ulls a la llum vermella del semàfor que té a la ma un dels operaris i penso que demà veuré la que diuen és la cinta més polèmica del Festival: Martyrs. Ja em té fascinat – i acollonit- d’entrada, per tot el que s’ha dit. Estarà a l’alçada?

Quan torno a engegar el motor torno a batre el meu récord de temps per travessar les 101. I el somni esdevé carn trepitjant l’asfalt de la carretera que més m’estimo.

 

(Demà Martyrs i Blindness)

De dia, Sitges és encara més maco; sobretot si el blau del cel i el del mar conflueixen prou com per fer adormir els malsons i fer-te veure que pots gaudir de l’espectacle dels colors naturals. Avui Sitges m’ha esperat amb la seva millor cara, però per desgràcia no puc dir el mateix del Festival: mal dia per l’aficionat, el dia d’avui. Almenys si parlem del meu dia.

A les 15 hores he estrenat l’anomenada sala Tramuntana. No mata, l’espai, i no el recomenaria per anar a veure qualsevol pel.lícula: hi entra massa llum i tot plegat recorda una mica a un cinema de barri, que seria vàlid per al visionat de certes produccions però no pas de totes. Afortunadament el que allà he vist no necessitava massa de les virtuds tecnològiques de les modernes sales de cinema, només requeria les ganes de saber-ne més del creador de l’anomenat periodisme Gonzo, el grandiós Hunter S. Thompson, un dels ídols de la meva adolescència. Només adelantar-vos que el biopic val molt la pena i que fa un repàs al.lucinant -i al.lucinat- no només de la vida d’aquest animal salvatge del periodisme, sinó també de la història més recent dels USA, i no precisament per fer-ne una propaganda del tot positiva. Ha estat magnífic començar així el dia, però no tant continuar-lo ni acabar-lo.

La següent producció que m’he empassat a vui s’anomena The Sky Crawlers, i la veritat és que m’ha resultat una vertadera empanada mental. Mireu, no m’importa gens que les pel.lícules siguin lentes o molt lentes quan la història ho reclama, però no entenc que això sigui així en aquest cas, i només ho comprenc assumint que han volgut transcendir no només amb el que a la cinta s’hi explicava, sinó també resultant pedants i tediosos amb les seves explicacions. El creador de Ghost in the Shell tenia ganes d’explicar-nos una història que des del meu punt de vista ja s’ha explicat força vegades amb un embolcall magnífic, això sí, el d’un manga preciós i d’estética impecable. Més enllà d’això no he sabut veure gaire més, encara que potser és que tenia un mal dia… I si a aquest fet li afegeixes que al meu davant hi tenia el capgros més impresentable i arrissat de tot el cinema, doncs la cosa encara es posa pitjor… Sisplau, quan aneu a veure una pel.líucla a una sala procureu no molestar massa al de darrera movent-vos i fent l’imbècil: jo ho faig i si no ets un autèntic retardat no costa massa. 

Però la veritable decepció ha estat Vinyan, la nova produció del Fabrice Du Welz, el responsable fa uns anys de Calvaire. Envoltada d’una mena d’aura de misteri s’ha presentat aquesta producció que compta amb dos bons actors (el Sewell i la Béart, magnífics) i que no ha pogut escapar de resultar avorrida i fins i tot pedant quan tot feia preveure una bona estona de mal rotllo ben filmada i millor interpretada. Tot, però, es perd en la mateixa espiral que la pròpia cinta crea i no sap cap a on navega per acabar ofegant literalment a l’espectador, que no sap ben bé què està contemplant ni per on navega la història . Llàstima, perquè l’inici i certs moments de la peli són francament bons, però…

En fi, no ha estat un bon dia. I demà a currar i a iniciar una setmana on hauré de passejar-me amunt i avall tirant de cotxe i de costes per gaudir diàriament de la sensació de felicitat que em proporciona aquest Festival, per molt que de vegades la qualitat de les pel.líucles que hi projecta provin de prendre-me-la. De fet, les pel.lícules que veig al festival i que no m’agraden són menys dolentes per a mi, perquè tenen un plus: sempre les recordaré dins el marc que més em fa somiar.

Fins demà!

(demà La possibilité d’una Ile i The good, the Bad and ten Weird)

Passo de conversa surrealista a conversa estúpida en sortir de la sessió de la filla del Lynch, i escolto com un aspirant a ves a saber què comenta amb un gafapasta alguna cosa semblant al següent: “que què m’ha semblat la peli? Doncs depèn. Com a peli normal, vols dir?” No he escoltat més. No sé si el següent adjectiu qualificava algun altre tipus de cinema “no normal” que desconeixia fins el dia d’avui. O a un cinema “del Festival”. No ho sé. Però malgrat aquesta bajanada, la palma se l’ha endut el coleguilla que s’ha assegut a la meva esquerra durant la projecció amb els seus comentaris i els de la seva parella sobre la cinta que acabàvem de veure, que us asseguro que eren, com a mínim, demencials. No us els desvetllo perquè tenien massa a veure amb el final d’una cinta, aquesta Surveillance produida pel senyor David Lynch, que molt em temo que arribarà a les cartelleres, i no us voldria esguerrar el final…

 

Un dia interessant, malgrat el que he dit més amunt. Per començar el meu puto refredat pràcticament m’ha abandonat i per continuar tres de les quatre vistes han estat, com a mínim, interessants, i en un crescendo francament d’agraïr després de tanta pel.lícula. De tot plegat n’extrec algunes conclusions. Una, que per aguantar aquest ritme de visionat cal ser espavilat i comprar pel.lícules amb horaris que et permetin certs moments de descans. I avui, malgrat no he sopat (i ara són les 3:30 de la matinada, no crec ja que ho faci) sí he pogut dinar amb tranquil.litat i després fins i tot fer una volteta pel Brigadoon. La segona, que potser valdria la pena passar de la secció oficial fantàstica i anar directe a allò que es projecta fora de concurs, perquè fins ara és aquí on m’he topat amb les produccions més interessants. En concret dues que m’han entusiasmat i de les què espero poder -quan tingui una mica de temps- fer-ne esment al blog. Parlo de la torbadora i magnètica Deadgirl, dirigida per dos ninyatos amb el que he pogut xerrar un parell de minuts ara que encara no són coneguts i es passegen per Sitges sense ser reconeguts, i la terriblement perversa Home Movie, que ha aconseguit posar-nos dels nervis a mi i a tot el Prado. Cap de les dues exempte de polèmiques, puc dir amb força garanties de no equivocar-me que seran dues de les grans d’aquest any, encara que essent, com són, cintes petites. Bones notícies sempre des de la veu del cinema més independent i conseqüentment, més arriscat.

 

La decepció d’avui ha estat Your Name Here que malgrat ens ha deixat una bona interpretació d’un Bill Pullman que avui repetia (no us ha semblat un doble del Michael Douglas?) no ha fet res més que confondre a un públic que sembla que en part ha assistit gratuitament -gentilesa del Festival- probablement perquè la sala semblés més plena. Una sort per a ells, una feinada pels que ens havíem deixat els quartos per veure aquest absolut despropòsit. Llàstima perquè prometia. Com gairebé sempre tot el que fa fallida.

 

Per contra, la visió poètica del dia l’ha protagonitzat una noia amb un vestit lila a la platja de Sant Sebastià. Jo baixava de l’Auditori amb el cap a la cinta de la Jennifer Lynch i repassant mentalment el possible comentari que acabaré fent sobre el que m’ha semblat. Mentre observava el tall de l’horitzó, mig ennuvolat i tacant la perspectiva d’un fosc cendrós adient amb el que acabava de veure, he vist una noia que ballava enmig de la sorra, aliena a tot i a tothom. La fresca de la tarda no semblava afectar-li massa, i tampoc el fet que desenes de caminants i curiosos s’haguessin posat a mirar-se-la encuriosits. Primer rient; després, com jo, gaudint de la imatge d’algú que es deixava anar per allò que li demanava el cos. El ball m’ha seduit fins el punt d’aturar-me i seguir amb atenció la seva estranya dansa, mentre pensava amb allò que es deien capcots el Kyle MacLachlan i la Laura Dern a Blue Velvet i que subratllà tan bé el mestre Badalamenti amb la seva banda sonora original: “que n’és, d’estrany, aquest món”. Afegiria que durant el mes d’octubre, a aquesta localitat costanera anomenada Sitges, i en el meu cas des de ja fa 17 anys, també és un món meravellós i del que val la pena gaudir-ne. I no paro d’agrair que això continuï essent així.

(demà Gonzo, The Life and Work Of Dr. Hunter S. Thompson, The Sky Crawlers i Vinyan)

Reinicio el xip amb Sitges 2008. Penso que el que vaig dir aquí un dia ho he de complir, i el fet que em va fer començar a escriure torna a ser el mateix que ara m’impulsa a fer-ho novament. I això és coherent i honest, almenys per a mi. I estic il.lusionat; prou motius tots com per tornar-ho a intentar almenys de forma momentània.

A partir del 2 d’octubre dijous començaré a fer crònica del que passi al Festival. He decidit endur-me un portàtil -gràcies Jordi– per fer el friky possiblement cada dia des de la cafeteria del Melià, i qui sap si fins i tot tindré els nassos com per parlar amb algú que tingui a veure amb la producció d’alguna de les -de moment- 21 cintes que veuré. Depén de com ho vegi i de la meva descomunal “jeta“, és clar. No seria el primer cop que li foto cara al tema, i la diferència pot trobar-se en que ara ho posaria per escrit.

 

No prometo res per dos motius: primer perquè no faig el blog amb cap obligació que m’autoinfingeixi, i molt menys després del desgast que em va suposar tot plegat ara fa un parell de mesos. Segon perquè mentre vagi a Sitges 2008 també estaré treballant i cada dia m’aixecaré a les 6:45, amb tot l’esgotament que això comporta. Amb prou feines si aconsegueixo arribar viu a casa, tenint en compte que penso agafar les famoses 101 cada dia! I el que sí que us asseguro és que no pretenc ni recomenar ni fer sang de res, perquè em penso que no serà tant crítica com comentari del dia a dia i del que per allà vegi: n’he quedat una mica tip d’això de criticar i malgrat de tant en tant suposo que alguna cosa diré, no és la meva intenció fer veritats absolutes de res.

No crec que contesti massa comentaris, no us ho prengueu malament; però és que és una d’aquelles coses que més nerviós em van posar en el seu moment. Tampoc penso fer cas de determinats mails que pugui rebre. I qui busqui cap mena de polèmica que s’oblidi de llegir res per aquí perquè no en vull pas, de polèmiques. Vull passar-ho bé i si potser fer-ho passar bé a aquelles persones que segueixin el que vagi dient. Ni més ni menys. La resta, me la porta força fluixa… amb perdó sempre, és clar, que per aquí hi ha gent amb la pell realment fina…

Quan s’acabi tot el Festival no sé què passarà, però em penso que tornaré a desaparèixer, i més si tinc en compte que a partir del 20 d’octubre em veuré ficat dins d’un altre bon embolic, però aquest positiu i que estic convençut que em donarà moltes alegries. A veure si d’un cop aconsegueixo dur a terme almenys part del somni que sempre m’ha il.lusionat, encara que sigui amb una part molt minúscula. Ja en tindria prou.

Així, us dono la benvinguda a tots aquells que vulgueu. I us demano a tots el que estigueu pel Sitges 2008 que si veieu un paio amb barba -més o menys llarga- amb un portàtil i amb cara de pocs amics no dubteu a saludar-lo, sempre que no sigueu l’impresentable dels mails dels mesos de maig i juny passats. Si sou qualsevol altre lector del blog saludeu-me, sobretot si el què voleu es comentar la jugada.

Ens llegim.

……………………………………………..

 

 

(Lararalalala! http://es.youtube.com/watch?v=5MltrnVOG2s )

El captaire es mirava els caminants mentre es mossegava les ungles. Dispers, mantenia el cap ben alt a la recerca de les mirades més compassives per rebutjar-les. Va aclucar els ulls. I va topar amb l’home número 1.

L’home número 1 caminava inquiet i va escoltar la mirada del captaire. En sentir com li castigava, va abaixar el cap i va asseure’s al seu costat.

Sense parlar , el captaire va alçar-se i va deixar que l’home número 1 estirés la ma. Va caminar nerviós cap a l’home número 2.

L’home número 2 va comprovar la seva cartera i ve treure una quantitat determinada de diners, amb la que va pensar que podia comprar la confiança d’aquell que s’acostava; perquè sabia que fóra perillós no aconseguir-ho. Quan van ser cara a cara va voler entregar el feix de bitllets al captaire, però aquest va mirar l’home número 1, que continuava assegut a terra al seu lloc. L’home número 2 va riure. El captaire va abaixar el cap i va treure del seu abric una nova realitat.

Dins d’ella, l’home número 1 i l’home número 2 descansaven els seus peus al damunt de les fosques intencions d’un captaire que era ric i feia ferum de colònia cara.

Quan el captaire va obrir els ulls, va veure dos homes. L’1 i el 2. I abans que l’apallisséssin va decidir tornar a aclucar els ulls i deixar que l’atzar guiés aquell episodi de la seva vida.

Plovia i el món era un lloc deliciós quan una dotzena de cops li xisclaven ben fort que seguia viu.

(atenció atenció! Nou descobriment musical via LastFM! The National! http://es.youtube.com/watch?v=nwcJgpv6S1c&feature=related )

 

 

Direcció: Andrew Adamson.
País: USA.
Any: 2008.
Durada: 140 min.
Gènere: Aventures, fantasia.
Intèrprets: Ben Barnes (el príncep Caspian), Georgie Henley (Lucy), Skandar Keynes (Edmund), William Moseley (Peter), Anna Popplewell (Susan), Peter Dinklage (Trumpkin), Pierfrancesco Favino (lord Glozelle), Sergio Castellitto (rey Miraz), Warwick Davis (Nikabrik), Damián Alcázar (lord Sopespian), Vincent Grass (Dr. Cornelius), Alicia Borrachero (reina Prunaprismia), Shane Rangi (Asterius).
Guió: Andrew Adamson, Christopher Markus i Stephen McFeely; basat en el llibre del C.S. Lewis.
Producció: Mark Johnson, Andrew Adamson i Philip Steuer.
Música: Harry Gregson-Williams.

Fotografia:
Karl Walter Lindenlaub.
Muntatge: Sim Evan-Jones.
Disseny de producció: Roger Ford.
Vestuari: Isis Mussenden.

 

L’ombra dels anells és allargada. I el desig de rememorar sempre les grans pel·lícules, també ho és. Sobretot quan un és un absolut admirador, com sabeu els que llegiu el que escric per aquí, del cinema fantàstic en general (i del ben parit en particular).

 

Una primera confessió: no he vist la primera part de les històries de Nàrnia. La que s’anomena El león, la bruja y el armario. La que prova de traslladar a la gran pantalla les primeres aventures d’aquell C.S. Lewis que tan fantàsticament va retratar el Richard Attenborough a Tierras de penumbra (Shadowlands) l’any 1993 (quin tros de pel·lícula, absolutament recomanable, i quin tros d’interpretació d’un altre sir, l’Anthony Hopkins). Aquella primera part amb lleons i bruixes, estrenada ara fa tres anys, venia precedida de diferents onades d’opinió que me la van desvirtuar prou com per m’agafés mandra de veure-la… que si al darrera de la seva producció hi havia part de les ideologies de l’ultradreta més reaccionària … que si era la resposta de baixa qualitat a la saga dels anells del Jackson… tot plegat, massa informació. I vaig passar, la veritat.

 

Segona confessió: què em va fer anar al cinema a veure aquesta segona part? Doncs la veritat, dues coses. Les crítiques que vaig decidir llegir perquè no pensava anar-la a veure, que eren força bones i destacaven una millora important a l’argument respecte a la seva predecessora van ser la primera de les dues. La segona, que m’avorria i no tenia cap intenció de pensar. I vaig creure que una cinta d’aquestes característiques m’allunyaria prou d’aquest fet com per a gaudir-la al màxim.

 

No hi ha tercera confessió, o potser seria que no vaig sortir massa perjudicat, de la meva visita al món de Nàrnia. Tot i que a nivell narratiu es tracta d’una història plana i que recull tots els tòpics que habiten des de sempre aquesta mena de cintes, i que els llocs comuns que revisa són tant coneguts i poc arriscats que de vegades fan venir ganes d’apretar a córrer, és força distreta. No el suficient com perquè em plantegi veure la primera part, però sí prou com perquè el fet de pagar 7 euros per veure-la no fos prou com per que em penedís, encara que amb aquest preu puc dir que ara com ara no és fàcil no penedir-se, de fer qualsevol cosa, malgrat el que fas sigui anar al cinema.

 

La història retorna els personatges del “món real” a Nàrnia, un temps després de la seva primera aventura. Però el temps que ha passat al món Narnià és de 1300 anys, i en aquest període els Telmarins han conquerit aquell món màgic i expulsat a tots els Narnians. L’odi entre uns i altres ha condemnat el seu món a ser un món sense màgia i sota la forta direcció del rei Miraz, tiet del príncep Caspian, i què és l’hereder legítim al tro d’aquell món. Aquest rei persegueix al seu nebot per matar-lo i així poder ser succeït pel seu fill, que acaba de néixer. I en el marc de la conspiració es demana de nou la presència dels quatre reis del passat, que és el títol que van obtenir els personatges principals de la història després de la seva primera incursió a aquelles terres encisadores. Com veieu, una barreja d’anells i sagues argumentals amb una mica de tragèdia. Res massa nou.

 

Però al final la visita al cinema no és del tot insatisfactòria. La narració dels fets és convencional i no provoca res de nou a l’espectador, però no desentona de moltes d’altres que ha utilitzat el gènere. És molt superior a productes com The golden compass i prou “adulta” –que no arriscada, que no ho és gens- com per gaudir-ne pares, fills i esperits sants. No molesta ni incòrdia i malgrat mataries alguns personatges secundaris la cosa va força bé durant tot un metratge al que, això sí, li caldria una tisorada i sobretot a l’inici i desenvolupament. No al final, i de fet la cosa va in crescendo i el nivell puja fins a una escena a dues bandes (lluita entre el Peter i el rei – recerca del lleó) força decent i prou emotiva com per mantenir l’interés fins l’últim moment. Una altra cosa són certes referències a episodis bíblics (claríssim a l’escena del riu) o determinats aspectes del missatge de la cinta (força conservadors), però en tot cas no acaba de deslluir una cinta que no aporta massa res però si distreu i fa passar una bona estona. Buida, però entretinguda.

 

I és que repeteixo, fer una saga com la dels anells no ho pot fer tothom. I tampoc cal forçar les coses: només ho comento perquè això té pinta de més entregues, i la pregunta seria “calen?”. Ja veurem.

 

 

 

 

(tasteu una mica i veureu…: http://youtube.com/watch?v=3cVzHeJ0Z3I  )

 

Direcció: Rian Johnson.
País: USA.
Any: 2005
Durada: 110 min.
Gènere: Drama
Intèrprets:
Producció: Ram Bergman i Mark G. Mathis.
Música: Nathan Johnson

Fotografia:
Steven Yedlin
Disseny de producció: Jodie Tillen
Vestuari: Michelle Posch

 

El Rian Johnson va encarar el seu projecte amb l’encert que de vegades enlluernen les òperes primeres dels que al futur immediat seran el millors realitzadors. I la seva Brick va fer tremolar els cinemes del Sitges de fa dues temporades amb una capacitat per sorprendre molt inesperada, vistes l’edat i l’experiència del director, i a mi em va fer tapar la boca que sovint els descreguts obrim per pur caprici i fins i tot per desencant, davant la visió reiterada de films, un rere l’altre, durant els 10 dies que arriba a durar un Festival. Perquè és en aquest marc que els ulls se t’obren de bat a bat i tornes a creure amb el cinema i la seva capacitat per transportar-te als llocs més interessants quan apareix una joia com aquesta cinta, per molt comuns que aquests llocs  siguin dins el setè art.

 

I això és el primer destacable a Brick: els llocs comuns que no importa que ho siguin. Els tòpics que no molesten. La reivindicació d’un gènere, el negre, l’anomenat cinema noir, mercès a la imaginació d’un artista que ha sabut recrear tot l’esperit de les produccions que comptaven amb gent com el Bogart, la Grahame, o la Lara Turner, i móns com el del Raymond Chandler (autor de El sueño eterno i guionista, entre d’altres, de Extraños en un tren) i el Dashiell Hammet (novelista de Cosecha roja o el halcón maltés). I més cap aquí en el temps, fins i tot fa pensar en grans pel·lícules com el Miller’s crossing dels Cohen o el Blue Velvet (o els Twin Peaks televisius) del Lynch. Destaca, a més, per la seva capacitat d’embolcallar una acció dins una mena de microcosmos atemporal on no importa tant la versemblança del seu funcionament com el desenvolupament d’una història que cinematogràficament funcioni i produeixi el plaer de l’espectador. I és molt, el plaer que ens proporciona Brick.

 

El Johnson va saber construir una història de detectius cedint el protagonisme als adolescents d’un institut de tocs gairebé irreals i obviant tot un món, el món exterior, el món adult –només present en comptades i ridícules ocasions-, per descarregar tot una cortina aïllant al seu voltant i tancar l’espectador a un univers nou i excitant i de poques referències reals. Aquest món estrany i diferent capacita el seu protagonista -dur com el diamant i perspicaç com el mateix Sherlock Holmes-, el Brendan, de la força i la intel·ligència necessàries per resoldre un assassinat i tota una trama de droga i corrupció en mans d’un grandíssim Lukas Haas, actor que dóna vida a un The Pin que circula entre el mite i la realitat. Un argument simple que va recargolant-se –i aquí hi destacaria l’únic però del film, que a alguns moments complica massa la trama- fins a arribar a una conclusió que molts ja voldrien per les seves mal acabades pel·lícules. Una història plena de girs argumentals i sorpreses que fan aparèixer el somriure a la cara dels espectadors en reconèixer durant el metratge de la cinta tantes i tantes històries que ja havia vist dins el cinema més clàssic però aquest cop protagonitzat per uns jovenets amb un descar impropi de la seva edat –i d’una primera pel·lícula-.

 

M’agradaria destacar pel damunt de tot la capacitat per narrar visualment i sense massa pressupost escenes d’una alta complexitat tècnica, com la persecució entre un desconegut i el Brendan, o la batalla final als baixos del pis de The Pin on molts s’hi jugaran quelcom més que la vida. També el sentit de l’humor, amb moments deliciosos com el de la mare del Lukas Haas oferint al Brendan un got de suc a casa del seu estimat fillet, o algunes de les topades entre el Tugger i el protagonista, que en cap moment deixa de mostrar una imatge de seguretat malgrat li caiguin del cel les mil i una bufetades. Però sobretot la intensitat de l’entorn que aconsegueix crear el Rian Johnson, gairebé teatral, que fa que l’espectador de The Brick no deixi mai de tenir la sensació que viu una història seriosa i complexa sense caure mai en el ridícul, quelcom que seria tremendament fàcil a mans de qualsevol altre que no dominés com aquí demostra fer-ho el realitzador la direcció d’actors (tots estan EXCEL·LENTS), la seva capacitat per a engegar uns diàlegs fantàstics i sobrats de força i l’esquelet principal de la història – un fet que no era gens fàcil d’aconseguir amb aquest material, per cert-.

 

Un film, doncs, que conté tots i cadascun dels elements necessaris per gaudir de qui es decideixi a contemplar-lo, i que està fet des de l’estómac d’un primer tast pel cinema. I un director que de ben segur ens donarà molt al futur Gaudi-lo, sisplau, que val moltíssim la pena.

La fiebre, conocida a veces como temperatura o calentura, es un aumento en la temperatura corporal por encima de lo que se considera normal. La temperatura normal del cuerpo humano fluctúa entre 36’5º y 37’5º. La fiebre actúa como respuesta adaptativa que ayuda al cuerpo a combatir los organismos que causan enfermedades y surge en respuesta a unas sustancias llamadas pirógenos que derivan de bacterias o virus que invaden el cuerpo”. Wikipedia. Gran font d’informació. Juas.

Si senyors. He patit el que més amunt algú il.luminat va anomenar com a calentura, i aquest cop no pas en el sentit agradable del mot. I aquest fet m’ha obligat a restar a casa tancat durant un parell i mig de dies i a haver d’anul.lar el viatge a Madrid, que no sé pas si em replantajaré. És allò de la meva bona sort, ja ja ja.

En fi, que almenys he anat fent cosetes, aquests dies, quan el mal de cap i de coll m’ho permetien. I sobretot quan les dues taronges que va aparèixer sota les cantonades de la meva mandíbula van marxar definitivament, o almenys van convertir-se en quelcom molt més petit. I així us passo la informació que he anat recopilant sobre aquest cap de setmana proper. Allá va.

Comencem amb Doomsday, una cinta del sempre interessant Neil Marshall. Dic això sempre pensant amb els seguidors del cinema fantàstic i de terror, i tinc en compte les seves dues últimes produccions, molt celebrades dins el gènere: Dog soldiers i sobretot la terrorífica The Descent. La Rhona Mitra, el Bob Hoskins, l’Adrian Lester, l’Alexander Siddig, el Malcolm McDowell, i el David O’Hara protagonitzen aquest ja anomenat per alguns Thriller futurista apocalíptic, en el qual un mur aixecat per aillar la població britànica d’un virus letal és la causa que durà als fets que es narren al film. Mmmm no sé no sé… no n’hi masses, últimament, de cintes que sonen al mateix? En fi, que és una qüestió de confiar amb el seu director.. o de passar de tot. Què faré jo? No ho sé, perquè ara mateix anar al cinema amb el fred que hi foten els aires acondicionats és més que un risc, per mi, així que…

La segona gran estrena de la setmana seria Superagente 86. De película del Peter Segal. I dic això perquè sembla ser que n’hi ha molts que l’esperen, aquesta. Jo no.

Interpretada per l’Steve Carell (Maxwell Smart) i l’Anne Hathaway (Agent 99) ens trobem davant la revisió cómica del clàssic televisiu del Mel Brooks dels anys 60, que pel que sembla té el seu principal punt interessant precisament al protagonista. Sobre la resta no en parlen massa bé i de fet el que he pogut llegir (3 fonts d’informació diferents) no és precisament massa prometedor. Jo aquesta ja la volia esquivar, però és que després d’haver llegit el que he llegit em penso que encara més… A veure si algú de vosaltres en diu alguna cosa. 

La tercera gran aposta blockbusteriana de la setmana és X-Files: I Want to believe del Chris Carter, responsable ja al seu moment de la història que va dur a la pantalla al 1998 el Rob Bowman (The X-Files: Fight the future) i de la mateixa sèrie del Mulder i l‘Scully que tant d’èxit va tenir als anys 90. Els seus intérpretes són els mateixos Mulder i Scully (David Duchovny i Gillian Anderson), que aquest cop sembla que s’allunyen dels OVNI’s i els fenòmens paranormals per investigar el cas d’un assassí en sèrie. Els que l’han vist diuen que s’ha volgut tornar a l’esperit de les dues primeres temporades de la sèrie, però a mi tot plegat em sona a màquina de fer diners venida a menos que vol gaudir de los tiempos pasados que fueron mejores. De tota manera, a mi m’agradava més Millenium, del mateix Carter. I se la van carregar molt més ràpidament, així que no crec que s’hagi volgut arriscar com -penso- ho va començar a fer amb aquella sèrie protagonitzada per un omnipresent Lance Henriksen/Franck Black. Algú la recorda?

Amb Sueños del desierto entrem a la part més allunyada del glamour de les estrenas d’aquesta setmana, però no per això (tot el contrari) menys importants. La història que ens explica aquí el Zhang Lu ens trasllada a l’estepa de Mongòlia mitjançant la narració pausada de les relacions entre tres personatges, un home, una dona i el seu fill. Sembla que parlem, doncs, d’una cinta introspectiva i d’una forta càrrega emotiva, i dirigida per un Zhang que al seu moment va rebre el premi ACID a Cannes 2005 per Grain In Ear. Se’ns dubte, un cinema diferent a l’esmentat més amunt i precisament per això podria ser interessant. Compte, que no desaparegui!  

Líbranos del mal, de l’Amy Berg és una d’aquelles cintes dures però necessàries que de vegades arriben a les pantalles.  I si bé el plantejament no és precisament “alegre” (documental basat en el cas del sacerdot católic irlandès Oliver O’Grady, un pedòfil que sembla va abusar de multitud d’infants durant els 70 a Califòrnia, i a més amb una Esglèsia que li tapava les vergonyes) estic convençut que valdrpa molt la pena de veure. En recordo alguns de molt bons, de documentals que parlen de temes “difícils” (un d’ells el Capturing the Friedmans, que recomano a tothom que estigui pel damunt dels 16 com a mínim, però) i normalment són tremendament efectius i directes com una bala. Aquesta jo no me la perdo. A més sembla que s’entrevista directament a aquest O’Grady i les seves victimes, i només espero que no converteixi un tema com aquest en un espectacle. Ho comprovaré per mi mateix.

Per acabar està RIF 1921 (Una historia olvidada), un altre documental que aquest cop parla d’una guerra molt poc recordada entre Espanya i França a inicis del segle XX (Guerra de Marroc o d’Àfrica) i que prova precisament d’explicar que va existir i que va suposar -com totes les guerres- una gran quantitat de pèrduas humanes. La recuperació de la memòria històrica en aquest cas és el motiu que ha trobat el Manuel Hornillo per a dirigir aquest document amb una veu en off a càrrec de l’Imanol Arias. Un gènere, el del documental, que com he dit abans sempre resulta enriquidor i interessant. 

 

Bé, em penso que no em deixo cap, i com ja torna el mal de coco potser que m’aturi. That’s all folks, i gaudiu dels vostres caps de setmana de llibertat i luxúria desenfrenats! (ai perdó: això és el que jo voldria per mi… arghhh)

 

 


Martyrs és la pel·lícula mes extrema que he vist mai”. Àngel Sala, director del Festival internacional de cinema de Catalunya ( Sitges 2008 )

 

M’encanta l’estiu. La platja que no trepitjo, els turistes que no em deixen passejar tranquil per la Rambla, la calor que se m’enganxa al cos fent una fina pel·lícula humida que és capaç d’enxampar mosques i insectes com una teranyina… MMMMmmmm… tot sembla resolt a aconseguir que perdis la paciència si no fos perquè realment M’ENCANTA l’estiu. I una de les coses que més m’agraden té a veure no tant amb el que aleshores (ara) hi passa, sinó més aviat amb les notícies del què passarà en breu. I en especial, les relacionades amb el Festival de Sitges.

Esmorzo els meus 4 euros amb 10 a la cafeteria del carrer Ferran: la meva mitja xapata de formatge i pernil a la planxa, aigua i tallat van baixant per la gola, i aleshores llegeixo a El periódico una notícia relacionada amb la 41ª edició del Festival que se celebrarà del 2 al 12 d’octubre. Comencen parlant de l’homenatge, enguany, al 40 aniversari del 2001: A Space Odissey del Kubrick i continuen amb algunes pel·lícules –ja confirmades- que entraran a concurs dins la secció Oficial fantàstic. Foto el camp de la cafeteria: allò no és prou per a mi. Necessito veure la web oficial del Festival. Necessito més informació. La xapata resta podrint-se al damunt de la taula, i només em queda temps per pagar. Res més.

 

Pujo la Rambla esquivant estàtues humanes, trileros, polis i guiris. També bicicletes mig tarades del Bicing que semblen taques vermelles movent-se amunt i avall sense gaire ordre i fent eslàloms perillosos entre les figures humanes, estàtiques o en moviment. Els temps es dilata i es fa llarg i la meva imaginació es dispara pensant en el què d’aquest any al Melià Gran Sitges

 

Arribo a casa i consulto la web. I hi veig això: http://www.cinemasitges.com/ct/index.php?a=news_fitxa&idNot=305

 

Val, no és massa. Però és un començament. I si no ho creieu, mireu aquests tràilers…

 

Vinyan, Fabrice du Welz http://www.youtube.com/watch?v=RuER0LJDZok

Martyrs, Pascal Laugier http://www.youtube.com/watch?v=9EOajUNs9gw

Surveillance, Jennyfer Lynch http://www.youtube.com/watch?v=QT2dy7WogTI

Let the right one in, Tomas Alfredson http://www.youtube.com/watch?v=vreC0pWNObU

La possibilité d’une île. Michelle Houellebecq http://www.youtube.com/watch?v=YrxtoKAvtWI

The Chaser, Hong-Jin Na http://www.youtube.com/watch?v=0obDVN36HDU&feature=related

Blindeness. Fernando Meirelles http://www.youtube.com/watch?v=iiEEcCls8AA

 

Torno a la meva rutina diària. I ja en tinc ganes, de corbes de Garraf.

Dues estrenes més per avui divendres dia 18, i una confirmació. Parlo de A soap (enjabonado), “opera prima” de la Pernille Fischer Christensen, una realitzadora danesa que va estrenar aquesta història ara fa dos anys. Sembla que parla de les relacions que s’estableixen entre dues veines, una noia de 32 anys -la Charlotte– que comença una nova vida a un nou apartament i la Verónica, una transexual que està molt tancada a si mateixa i està tot el dia a casa. La relació entre les dues serà el motiu de gairebé tot el desenvolupament de la trama a una cinta que va guanyar el Gran Premi del Jurat l’any 2007 al Festival de Berlin. Paraules majors, doncs, per una cinta protagonitzada per la Trine Dyrholm (considerada una de las millors actrius de la seva generació) i el David Dencik. Em penso que valdrà molt la pena.

La segona estrena és Pont de Varsòvia, pel.lícula del Pere Portabella (Die Stille vor Bach, 2007) realitzada l’any 1989 ( !!! ) i que protagonitzen gent com el Josep Maria Pou, el Jordi Dauder o el Francesc Orella. Cinta catalana que parla de tres personatges, un músic una professora i un escriptor, dins un argument de difícil definició i que sembla busca la crítica exagerada a la banalització de la creació artítica mitjançant un cinema força experimental. Tenint en compte qui és el seu director i l’any de producció (fa 19 anys), potser valdria la pena passar-se pel cinema abans que desapareixi.

Finalment, concloure explicant que la cinta Yo serví al rey de Inglaterra sembla que si s’estrena aquesta setmana, i per tant voldria comentar que es tracta d’una cinta dirigida pel Jiri Menzel, director premiat amb l’Oscar per la seva pel.lícula Trenes rigurosamente vigilados, i que parla de com un cambrer d’ambició infinita reflexiona, en sortir de la presó, al voltant dels fets que el van dur al seu tancament. L’arribada de Hitler al poder, el seu matrimoni amb una alemana i el profit que en va treure de tot plegat són alguns d’aquests fets sobre els que gravita l’argument d’un film que va guanyar el Premi a la Millor Pel.lícula al Festival de Cinema de Comèdia de Peñíscola i el premi FIPRESCI a la Berlinale 2007 . Se’ns dubte, una cinta interessant protagonitzada per dos actors de qualitat, el Oldrich Kaiser -destacat del món del teatre- i l’Ivan Barnev, actor jove bulgar de gran projecció.

 

En tots tres casos, i sobretot en el cas dels dos primers -aquests dos sembla que s’estrenen només als Verdi, a Gràcia– , parlaríem de risc greu de desparició imminent, i podríem dir que són una mostra d’aquell cinema invisible del què parlava al post d’Aleksandra i que han acabat apareixent. Quedeu, doncs, avisats, i tant de bo no me’n deixi cap més!

(què bons, què bons… : http://youtube.com/watch?v=qF6C_zZOrdE )

 

Bentornats, pares, fills i esperits sants! Fàcilment reconeixibles pels seus somriures infinits, els habitants estivals de les vacances cerquen embogits minuts que siguin minuts i no hores per la pressió de l’avorriment. Platja, passeig i rebaixes marquen el frívol pas del temps d’aquells que ja poden dormir fins les dues i ja han cremat els vestits foscos com els seus estats anímics. Bentornats, de nou, al circ de l’oci! No estossegueu massa de desídia, i si ho feu procureu posar-vos un mocador a la boca!

 

Aquest divendres il·luminarà les cares dels més somniadors, els més violents i fins i tot d’aquells que vulguin comprovar la subversió dels valors del terror via producció espanyola, tot esperant que quedi almenys a l’alçada d’aquelles fantàstiques cintes que poblaven el seu imaginari més jovenívol! I la prosa surt de la meva imaginació gairebé més plàcida que la pròpia esperança d’aturar-la! Atura-la, Xfar! Tros de pesat!

 

Bé, anem per feina: un Park Chan-wook així com per començar esperava de fa temps la seva oportunitat. I si fins ara el creador d’Old Boy sempre sorprenia per la seva posada en escena de la violència més desencisadora, compte amb els que esperin d’ell aquí el mateix que va calmar els més assedegats amb la seva arxipopular Trilogia de la venjança: res a veure, nens! Vista pels meus ulls al Sitges passat aquest realitzador asiàtic ens proposa una mena de conte de fades (he llegit “por ahí” una Ameliè a la coreana) on una cyborg preciosa roman tancada a un psiquiàtric preguntant-se què és real i què no ho és. I’m a cyborg, but that’s OK és la menys Park-wookaniana de les pel·lícules fetes per aquest potent realitzador, però que no perd en cap moment la seva força visual i a més demostra que és capaç de fer molt més que posar-nos la pell de gallina de pura bufetada. Ara la poesia visual i un estrany sentit de l’humor –que els seus fans reconeixereu- són el pal que sustenta aquesta hora i escaig d’espectacle pels sentits. Així, estranya com és, es presenta com una estrena interessant que jo mateix revisaré perquè al seu moment la vaig veure rere dues cintes més i no vaig poder suportar la passió de son… Ai, Xfar! Què et fots iaio i que poc que ho sembla!!! JA!

 

La segona estrena és Hancock, i ens mostra un superheroi (un altre??? colllonssssssss) que aquest cop sembla més superANTIheroi que una altra cosa. El senyor és alcohòlic, gasta mala llet i tothom sembla que l’odia perquè s’ho carrega tot. La ciutat li té botada i ara voldrà canviar la seva imatge mercès a un a qui salva la vida. Ell? El Will Smith. La cinta? Jo què sé: sembla que entretindrà, però no patiu, que rebreu prou informació d’ella com per acabar EXTASIATS. Ja ho sabeu, aquells qui vulgueu veure com la machine money-maker actual de Hollywood va fent-se més ultramillonari, no ho dubteu i calceu-vos el vestit de crispeta més espectacular. Segur que passareu una bona estona. O no. Ah! El director és el Peter Berg! Sí! El de Very Bad Things! Hi ha esperança!

 

Anem a la tercera. I aquesta promet molt i ja veurem el què. Precedida per la polèmica. Precedida per la comparació amb Ciudad de Dios. Precedida per rius de tinta que parlen d’un narrador en primera persona pervers i indecent i que ha provocat la indignació a tot arreu on s’ha projectat, i sobretot al Brasil que vol retratar… Ja ho sabeu oi? Si, per fi. Ja ha arribat. Ja és aquí. I no és l’Arale: és Tropa de élite, d’un José Padilha que reivindica per la seva pel·lícula una segona oportunitat que no la prejutgi per tot allò que he esmentat més amunt. Quins pebrots, el tio: si és un taquillazo!!! Jo hi penso anar, a veure aquesta història que parla de la BOPE (Batallón de Operaciones Especiales Policiales), una mena de cèl·lula quasi militar i sectària apart de la bòfia integrada per rambos que semblaven incorruptibles al càrrec d’un capità, el Nascimento, que s’enfronta a una situació personal i professional totalment noves. Una BOPE que reuneix lo mejor de cada casa y de mètodes gairebé feixistes (o sense el gairebé) davant la corrupció i el narcotràfic i que actuava de formes més que sospitoses. Una BOPE que sembla fou responsable de fets indesitjables i un retrat, novament, d’un Brasil ultraviolent i descontrolat que tothom sembla rebutjar però que, paradoxalment atrau moltíssim a tots i tothom. BUffaaaaa ja veurem, ja, com ha resolt aquesta papereta el Padilha, de parlar de corrupció i mètodes ultres sense caure al de sempre i l’exageració… Als de Berlín els va semblar més que ve: varen donar-li el premi a la millor pel·lícula, així que…

 

A la quarta posició (que malament, Xfar, se t’esgoten els inicis discursius o què?) trobaríem Escondidos en Brujas (ai ai ai quin títol), cinta que barreja acció i riure a parts iguals i protagonitzada per cracs com el Ralph Fiennes i el Colin Farrell. Comèdia que parla de dos assassins a sou que va a petar a Bruixes després de fotre la gamba a una feineta a Londres, i que probablement deixaran d’exercir de matons després d’aquest encàrrec a l’anomenada Venècia del Nord. Decideixen, doncs, fer turisme, i un d’ells començarà a desbarrar de tal forma contra la seva situació i la ciutat que farà que entre l’un i l’altre les coses es posin cada cop més passades de voltes. No ho sé, vistos tràiler i intèrprets, potser fins i tot és divertida. Passaré d’ella de moment, però potser més endavant a una d’aquelles tardes que esdevenen eternes… a veure que hi diu la crítica que segueixo habitualment.

 

La penúltima es Eskalofrío, la que més em ve de gust veure. Per què? Doncs mira, terror, boscos i tòpics que poden sempre deixar de ser-ho (aquesta és l’esperança) a una història dirigida per un paio que, com a mínim, sembla tenir un gust estètic important –que ja és molt-; parlo de l’Isidro Ortiz, realitzador de Somne i sobretot del Faust 5.0 que si bé no mataven sí que tenien alguna cosa que les feia especials, diferents. Ja veurem. A mi es que em tiren les històries d’aquestes, que parlen de nanos amb al·lèrgies estranyes a la llum, o que prometen posar de l’inrevés els tòpics del gènere que més m’ha fet gaudir des que sóc una criatura. N’espero molt, Ortiz! No me jodas, ahora!

 

Deixo pel final el Garage del Leonard Abrahamson. El creador d’Adam & Paul es despenja aquí amb una història que parla d’un tonto del pueblo que treballa a una gasolinera perduda a Irlanda i que trobarà en el David – un noi que començarà a treballar amb ell durant les vacances d’estiu- algú amb qui podrà iniciar una relació d’amistat, que trontollarà amb l’aparició d’un personatge femení… No sé que dir-vos… potser és “untuición” (com deia un alumne que vaig tenir fa un temps) però me huele mal el asunto. No sé si m’arriscaré. Ja us ho faré saber.

 

Acabo amb una recomanació d’un lector del bloc: sembla ser que només aquest cap de setmana del 18/19/20 al Lliure fan una obra anomenada A disapearing Number, un espectacle que pel que ell comenta sembla que conjuga poesia i matemàtiques. Ai senyor, segur que està molt bé, però jo passo. El teatre, ho confesso, no és lo meu. I les matemàtiques diguem que tampoc. Per dir-ho suau. Si ho digués greu, diríem que “me traen al pairo”, potser perquè mai les he enteses i em van martiritzar anys i panys. Encara hi somio, amb les malparides… I és que jo sóc de lletres. O no es nota?

Au, que us aprofiti! I bon cap de setmana!

 

pd: em penso que també estrenaran Yo serví al rey de Inglaterra, pero com no es posen d’acord amb les dates no n’he parlat… Si s’estrenés les meves disculpes…

Direcció i Guió: Alexander Sokurov.
Països:
Rússia i França.
Any: 2007.
Duració: 96 min.

Gènere: Drama
Intèrprets: Galina Vishenvskaya (Aleksandra), VAsily Shevstov (Denis), Raisa Gichaeva (Malika)
Producció: Andrei Sigle
Música: Andrei Sigle
Fotografia:
Alexander Burov
Muntatge: Sergei Ivanov
Vestuari: Lidiya Kriukova

 

Molts cineastes han estat qualificats amb l’etiqueta de la autoria, però pocs s’ho mereixen tant com l’Alexander Sokurov; i és que aquest realitzador rus ja va demostrar amb cintes com Padre e hijo, Dolorosa indiferencia o la comentada aquí fa uns mesos El arca rusa que és gairebé un miracle que el seu cinema s’hagi fet visible –almenys una part- dins d’aquesta “invisibilitat” que ara tants especialistes de cinema comenten que ha “emmalaltit el setè art. Una invisibilitat que desafortunadament marca el progrés d’un art que ens arriba com a producte i no tant com a experiència creativa per l’evolució del propi cinema, i que segons alguns pensen està desvirtuant els gustos dels espectadors i allunyant-los de la possibilitat legítima de rebre peces interessants i molt més properes a la seva intenció primordial. Una invisibilitat que està maleducant-nos i allunyant-nos de conèixer més i millor les claus d’un cinema cada cop més dirigit a l’espectacle i menys respectat com a transmissor de les idees d’un determinat realitzador. Tot són opinions, però el que sembla ben cert és que acabem veient el que apareix als circuits habituals i el que se’ns promociona, i no tant el que escollim. O més aviat escollim sobre el que se’ns proporciona, amb la qual cosa la nostra elecció és plenament condicionada per molt que un vulgui desmarcar-se d’aquest fet. On queda la resta que no arriba i que es filma any rere any, sembla que unes 4000 produccions arreu del món sencer? “Y nunca más se supo”. És el cinema invisible (dades de Cahieurs du cinema, número del juliol-agost d’aquest any).

 

De tos aquests “autors” el Sukurov manté encara un bon equilibri entre el que és capaç de crear, que no és pas cinema de factura fàcil, i la seva distribució a les sales de cinema, malgrat mai com tots desitjaríem, evidentment. I això no és habitual a un moment en que fins i tot cintes de gent com el Gus Van Sant o el Francis Ford Coppola, figures ja públiques i aparentment contrastades a la taquilla i la crítica, no tenen lloc dins aquesta distribució i dormen i es coagulen a les seves llaunes fins que algú hi aposti prou com per fer-les “existir” , fer-les “visibles”. És, per tant, el Sokurov, un autor amb majúscules que continua fent i rodant allò que li ve de gust i de la forma que li ve de gust i continua apareixent amb certa regularitat –encara que  potser no tant com voldríem- per les cartelleres, un fet que s’agraeix com a mínim per poder tastar de tant en tant un tipus de cinema que és en definitiva el que prové de la necessitat més bàsica d’un creador a comunicar i expressar-se, i potser no tant de guanyar calers de forma compulsiva.

 

Aleksandra és una cinta que se situa a la guerra a Txetxènia, però que podria situar-se a qualsevol altra guerra. I de fet, el Sokurov desvia la seva mirada d’aquest conflicte o millor dit, li concedeix el protagonisme suficient com a marc de l’actuació d’un personatge, l’Aleksandra, una senyora ja gran que va a a visitar el seu nét Denis a una de les unitats de les tropes russes; i és a través d’aquesta actuació que l’autor fa una mirada demolidora a qualsevol conflicte armat i permès per la mà de l’home.

 

A aquesta unitat que visita l’Aleksandra es desenvolupa una història, que no és exactament història tant com passeig i mostrari gairebé oníric del que allà dins succeeix, amb un punt al·legòric i crític aconseguit des d’una subtilesa i una cura poc vistes en general a una sala de cinema. L’Aleksandra, aquesta àvia del Denis que acaba essent àvia de tota la companyia militar i de tots els qui la coneixen esdevé observadora particular d’una situació vergonyosa i que no té més justificació que la del propi conflicte, que existeix perquè l’ésser humà l’ha creat encara que ni ell mateix comprengui la seva existència. Els ulls dels soldats, convertits en infants melancòlics i desitjosos de que se’ls mimi i se’ls estimi reflexan la perplexitat d’un dia a dia que els ha convertit forçosament a màquines de matar i protectors d’un no-sé-pas-què-ni-en-nom-de-qui, i d’una pàtria que a un moment especialment preciós del film es posa a debat, i que s’ha convertit més en un motiu de lluita que en un concepte entenedor o comprensible. El passeig sense rumb d’una dona ja gran que és tossuda com una mula sembla desplegar un mantell d’estimació i esperança a tot un grup d’homes-criatures que estan assolats per la por al que fan i la seva llunyania amb allò que s’estimen. Així, els qui lluiten per la “pàtria” defensen més un fet territorial que no pas espiritual, que és allò que al final desmotiva, desencisa i destrossa al soldat quan alça l’arma i dispara en nom d’aquella. La manca de proximitat amb la vertadera pàtria, l’espiritual i personal, farà que l’Aleksandra esdevingui el més proper al record afectuós que aquesta colla de gent pugui tenir en una situació com la que es planteja. I d’aquí la força del personatge i la seva figura, gairebé pietosa, que tots respectaran malgrat les seves constants protestes. L’Aleksandra és el motiu de la lluita, la sapiència d’un col·lectiu que cal respectar i que és capaç de despertar la melancolia amb una sola mirada, perquè desprèn estimació i humanitat. Dins tota aquella mentida.

 

La pel·lícula, però, no és gens fàcil, i més d’un i de dos dormien un cop finalitzada la projecció. El seu ritme és parsimoniós i el seu realitzador no es deixa portar per la necessitat bàsica d’un espectador, que demana que se li expliqui quelcom el més aviat possible i no se l’entretingui amb allò que no cal. Que se li facilitin les claus per a comprendre. Les mirades, les pauses, les cares a les fosques observant-se.. tot a Aleksandra forma part de la necessitat de comunicar sentiments i sensacions al públic més que no pas de solucionar-li les seves urgències, sobretot quan l’argument de la cinta queda més a un segon pla en ser una altra la seva principal intenció. Així, hi ha lentitud, pausa i camí de llarg recorregut però totalment justificats –i necessaris-, i el problema pot aparèixer molt més en el fet que l’espectador comprengui el què es pretén o fins i tot ho accepti. I això no són judicis de valor, no serà millor ni pitjor persona per a acceptar-ho… però sí potser millor espectador: perquè val la pena plantejar-se quin tipus de cinema estàs disposat a visionar i per què, sense culpabilitats i tenint ben clar el que es busca quan es va al cinema. Pot no agradar-te alguna cosa, però el que és interessant és saber el perquè i els motius pels quals no t’ha agradat, i no perdre mai la capacitat crítica (ni autocrítica).

 

Amb Aleksandra el Sokurov torna a demostrar via pràctica el que és capaç de fer el cinema quan es construeix des de perspectives personals, úniques i compromeses. De tota manera, no ens enganyem: només crea qui pot fer-ho, i només uns pocs estan a l’abast de fer-ho amb els mitjans del Sokurov, per desgràcia. Aprofitem-nos, doncs, i anem a veure les seves pel·lícules sempre que puguem, perquè potser algunes d’elles no les veurem mai, i per desgràcia  acabaran convertint-se en part d’aquest cinema invisible que tan injustament està tractant tothom, des de realitzadors a públic en general.

Atreviu-vos…….

 

 

Direcció i guió: Michael Haneke.

Països: Àustria i  Alemanya.

Any: 1994.

Durada: 95 min.

Gènere:

Intèrprets: Gabriel Cosmin Urdes, Lukas Miko, Otto Grünmandl, Anne Bennent, Udo Samel, Branko Samarovski, Claudia Martini, Georg Friedrich y Klaus Händl

Producció: Veit Heiduschka

Fotografia: Christian Berger

Muntatge: Marie Homolkova

Disseny de producció: Christoph Kanter.

Vestuari: Erika Navas

Premis: Sitges 1994: Pel·lícula i Guió

 

 

Un noi copeja amb la seva pala de pingpong les pilotes que va enviant-li una màquina sense parar durant tres minuts. El pla és fix, el noi, la seva pala i una xarxa mal col·locada. I la màquina escopint pilotes blanques. Ja està: tres minuts que semblen 20. I tres minuts que posteriorment mostraran com el mateix noi comet tres assassinats en un banc, amb una càmera que el seguirà sempre sense ensenyar el que passa fora de l’enfoc del mateix nano i la seva acció. De nou tres minuts, però tres minuts que semblan un de sol. El Haneke dilata i contrau el temps i certifica la seva capacitat per transgredir les normes de la lògica narrativa, proporcionant a l’espectador 71 fragments d’una realitat que són varies –tantes com possibles espectadors de la mateixa hi podrien haver-, i que conflueixen  a una de sola, que és l’única concessió que pertany a la narrativa cinematogràfica que es permet el director de fer perquè sinó fos així no existiria com a pel·lícula. Tot plegat una mirada al dia a dia des de l’òptica del fora de camp i la descontextualització primera per arribar a la contextualització segona, una contextualització que no agrada per la seva cruesa i per exigir de la nostra reflexió a posteriori.  Un… dos… tres minuts. Heu vist res més angoixant?

 

L’abandó del sentit, primer, del concepte de la catarsi col·lectiva -que provoca qualsevol espectacle que funcioni per ser observat per molts- per arribar a la catarsi personal, no compartida, aquella que prové de la reflexió pura i dura sense contrast amb la de ningú altre. L’espectador de les pel·lícules del Michael Haneke pot acabar renegant del que veu precisament per trobar-se sol i desemparat davant la imatge que no existeix tant com a motor d’una determinada narrativa cinematogràfica com la coneixem en la seva vessant més habitual, sinó que existeix com a pretext per a intuir el que hi passa fora d’ella, més enllà de l’enquadrament de l’objectiu de la càmera. Per insinuar el que de debó és important. L’espectador contempla escenes llargues com les que observaria al seu dia a dia i el cinema deixa de ser un instrument d’entreteniment o d’informació per passar a ser un element més que pertany a la nostra manera de veure la realitat, de la nostra rutinària i poc emocionant manera d’observar els fets que ens envolten. El rebuig primer de l’espectador és, doncs, més que evident: no pretén anar al cinema a veure allò que veu des del sofà de casa seva o de camí de la feina, pretén que el cinema reconstrueixi un fil narratiu perquè ell pugui ser partícip passiu del que se li mostra. I pretén un punt de vista, un reflexió que pugui ser rebatuda o criticada. Amb el Haneke desapareix la participació passiva i el que mostra no deixa de ser una de les moltes realitats que qualsevol de nosaltres podria decidir observar, amb la diferència que aquí que escull és el realitzador. I a més, no rep una explicació ni una conclusió que validin una possible reacció –favorable o desfavorable-, un fet al que no està acostumat i que pot arribar a irritar-lo. El que observarà aquí l’espectador serà una escena determinada amb el mateix tempo que marcaria la pròpia realitat que qualsevol de nosaltres observés dins el seu dia a dia.

Però el que interessa és el que passa a les altres cares de la realitat, les altres mirades, les què el seu cinema només insinua. El que succeeix fora de camp. Aquí el Haneke obliga a (re)construir i l’espectador deixa de ser passiu i li cal fer l’esforç d’anar col·locant les peces d’allò que o bé no es mostra o bé s’insinua, o no tindrà resultats i el trencaclosques restarà sense resposta. I és en aquest procés on apareix la incomoditat, primer perquè no s’espera del cinema que hagis de fer tal esforç i segon perquè pot ser irritant reconèixer que el que es veu a la pantalla no és més que el que ha decidit un altre que s’ha de veure, quan el que semblaria interessant quedaria fora d’aquest pla. Es dona a l’espectador aquella informació que aparentment no necessita saber, però que és a la realitat la que tindria. El cinema del Haneke deixa de construir una història i fa que l’espectador no comprengui el que s’espera d’ell i necessiti reflexionar sobre el que ha vist, que a més no li resultarà gens agradable. I finalment no rebrà una conclusió clara.

 

Els 71 fragments d’una cronologia de l’atzar, com Caché o Funny Games, desperten sensacions contradictòries i culpabilitats a l’espectador. I en relació a la primera, ho fa perquè ens deixa mirar pel forat d’un pany el que és previ i paral·lel als fets que qualsevol altra cinta faria protagonista de la seva estructura narrativa. Se’ns mostren totes aquelles persones relacionades amb el que serà el desenllaç del motiu aparent de tot el que s’explica i la seva vida dins l’ordre que ens condiciona a tots. I observem com diferents personatges de diferents classes socials, amb diferents feines i diferents problemàtiques van engegant com poden els seus respectius dies i solventen –també com poden- els seus problemes, i de vegades no de la manera que ens agradaria. I no entenem la mirada perquè busquem sempre, com a públic, el que estem acostumats a rebre del cinema: un determinat ritme narratiu i l’elisió d’allò que no cal explicar perquè alenteix tot el procés. I , és clar, busquem sempre el fet compartit que en teoria vehicularia tota la història i ens permetria el comentari comú, perquè es pot comentar el que s’explicita, però no tant el que un s’ha imaginat o ha percebut que es volia transmetre. En comptes d’això anem entrant dins els trossets de les vides d’una sèrie de persones igual que entrem a l’explicació de les notícies quan veiem la televisió, però amb tota aquella informació que allà no se’ns mostra perquè no ens cal saber-la, tal i com decideix l’actualitat informativa. Així, els telenotícies ens diuen el què ha passat mentre que el Haneke ens omple els buits dels fets que fan que existeixi la notícia en sí mateixa. I com aquests fets no semblen rellevants en aparença i no ens interessen tendim a sentir-nos enganyats, quan el que ens mostra és més aprop que mai del que necessitem saber si realment volem saber què ha passat. I encara ens podem sentir més enganyats quan tampoc s’explica el motiu de tota la història o una determinada opinió.

 

I és en aquest últim punt on rau tota la càrrega, la més dura, del missatge del Haneke. Els que ens explica, descontextualitzat al seu inici, sense mostrar el que sembla que sigui necessari mostrar, amb constants el·lipsis temporals i talls –fragments- que passen indiscriminadament l’un després de l’altre acaba expressant el sense sentit de les accions més estranyes, depravades o injustes mogudes per l’atzar de trobar-se a un lloc determinat i a unes circumstàncies determinades. La no explicació, a més, de les causes de l’actuació dels personatges fan que l’espectador hagi de pensar a buscar-les amb el que se li ha mostrat, i aleshores queda perplex en veure que el que se li ha mostrat pertany al que seria més aviat incomprensible. I la mostració d’escenes tant senzilles com dos joves jugant al mikado mentre decideixen què s’hi juguen, o la història d’un matrimoni que no passa pel seu millor moment i prova de sortir-se’n amb l’adopció de dues criatures, la segona en no quedar contents del resultat de la primera com si aquesta hagués estat un mal experiment o un joguet defectuós, passa a ser no només important sinó necessària per entendre que ens movem dins la preocupant i atzarosa esfera del que no es pot controlar perquè no té més sentit que el simple fet d’existir, amb la preocupació obvia de recordar-nos a cada moment que si existeix és perquè nosaltres així l’hem creada i som partícips d’ella. O si més no, que actuem de vegades de formes que com a mínim serien sospitoses, o deutores de la desesperació i l’egoisme i la manca de reflexió. És la por a sentir-nos responsables de viure a una societat que contempla, mentre sopa, llegeix o practica sexe les escenes més vils i reprovables a una caixa quadrada que “informa” dels successos rellevants del dia, i que no deixa de ser només una mirada a un fet determinat i al seu desenllaç, sense més necessitat que la de ser informativa. Sense fer-nos reflexionar, com ho fa el Haneke amb les seves pel·lícules.

Enceto una secció que provarà de fer-vos arribar, cada dijous si m’és possible i en tinc la informació, tot el que estigui relacionat amb les estrenes de la setmana. Si funcionés la meva intenció seria anar fent una recerca cada cop més acurada de tot allò que us pogués fer saber de cada pel·lícula que s’estrenés i potser ho faria extensible a d’altres aspectes de l’actualitat cultural de la ciutat de Barcelona, en aquest cas. Evidentment, m’encantaria que algú que no fos de la ciutat ens apropés a d’altres fets que s’estrenessin a d’altres indrets, principalment relacionats amb el cinema però sense deixar d’esmentar res d’interès artístic, sigui l’àmbit que sigui. I sobretot si el que es projecta, presenta o s’exhibeix és de caràcter provisional.

Espero les vostres aportacions, a veure si entre tots plegats fem que els caps de setmana siguin encara més atractius.

 

Estrenes de l’11 de juliol

 

Les coses estan de la següents manera: estem a l’estiu i ara hi ha de tot, i en molts moments aquest “tot” no arriba als mínims de qualitat desitjables. Però com normalment no hauré vist res del que ara comentaré –és el cas- us explicaré el que s’exhibirà a partir d’avui a les sales i allò que per alguns motius em produeixi bones o males vibracions.

 

Comencem amb Kung Fu Panda. Nova pel·lícula de la Dreamworks que es capbussa dins aquell tipus de cinema per a tots els públics, sempre que els agradin cintes del tipus Madagascar, Toy Story, Ratatouille o Shrek –malgrat algunes de les anteriors no pertanyin a aquest estudi cinematogràfic sinó a Pixar, una companyia californiana fa poc absorbida per la Disney i que es dedica exclusivament al cinema d’animació-. Amb  Kung Fu Panda s’estrena una pel·lícula que sembla que feia anys esperava el seu torn per sortir a la llum i que a més a aconseguit bones crítiques, un fet que normalment assoleixen –en general- les cintes d’animació que es fan últimament i que conjuguen perfectament humor i diversió sense ser carregants ni excessivament infantils. No sé què tal resultarà, però el fet que un dels motius per fer-la aquest cop sigui el cinema d’arts marcials promet moments que com a mínim sembla que poden ser entretinguts. Ja veurem, de moment, jo passo.

 

Seguim amb Prométeme (Zavet) de l’Emir Kusturica, un realitzador especialista a endur-se premis dels festivals més prestigiosos, com ho demostren els rebuts per Recuerdas a Dolly Bell, a Venècia (millor pel·lícula/director novell), Papà està de viaje de negocios i Underground, ambdues Palma d’Or a Cannes o El sueño de Arizona a Berlín i Gato negro, gato blanco, novament a Venècia però aquest cop no com a director novell sinó amb el premi més prestigiós. Aquest cop el Kusturika fabrica una mena de conte fabulós que reflexiona sobre certs aspectes històrics, polítics i socials de l’antiga Iugoslàvia, i ho fa amb actors no professionals i el vigor i força que el caracteritzen les seves últimes produccions (algunes d’elles, no tant ben rebudes per la crítica ni pel públic). Sempre pot ser interessant una cinta d’aquest director, amb la qual cosa queda recomanada.

 

Continuem amb tres produccions espanyoles o on Espanya hi té alguna cosa a veure: Gente de mala calidad, una comèdia negre del Juan Cavestany (El asombroso mundo de Borjamari y Pocholobufff) que reflexiona sobre el que s’és quan s’arriba a certa edat i el que es volia ser i que sembla que es queda a mig gas, tot i comptar amb una colla d’actors de primera volada com la Maribel Verdú o l’Alberto San Juan.

L’altra seria Nevando Voy, un drama rodat en aproximadament un mes, de baix pressupost i que ja ha obtingut alguns premis en alguns Festivals com el del públic a Valladolid. Les dues directores, la Maitena Muruzábal i la Candela Figueira ens proposen a la seva primera realització una cinta que parla de l’arribada de dues noves treballadores a una fàbrica que té una secció que embala cadenes per la neu. Desbordada per la demanda, aquesta reclama el servei de més treballadors i una empresa temporal els hi proporciona  l’Àngela i la Karmentxu durant dues setmanes. Un film que sembla que parla de temes molt propers a la realitat del mon laboral i que sembla força estimulant si més no per escapar de la rutina del cinema d’estiu.

L’ultima d’aquestes tres comentades abans és Un novio para Yasmina, un film de la Irene Cardona que parla de relacions personals i reflexiona sobre la realitat de la immigració i la seva integració. Sembla que es mou en el terreny de la comèdia romàntica, de la mateixa manera que també sembla que no acaba de convèncer ni a un ni a l’altre aspecte. Jo de moment, també me l’estalvio.

 

Finalment, i com a traca final, parlaria de les dos produccions amb més números per a atraure el públic però d’una qualitat com a mínim dubtosa: Dos colgaos muy fumaos: fuga de Guantánamo i Postdata: Te quiero. La primera continua les psicodèliques i absurdes aventures del Harold i el Kumar que ja protagonitzaven a Dos colgaos muy fumaos, i que aquest cop acaben amb ells tancats a Guantánamo en ser confosos amb uns terroristes. Fantàstic. Mala pinta té, la cosa, encara que de ben segur més d’una riallada psicòtica se m’acabaria escapant amb aquesta immensa tonteria. No penso pas pagar per veure-la, però potser un dia i amb amics a casa si li faré un raconet, ja veurem com la posen.

I en relació a l’altra sí que directament la descarto perquè el que proposa em sembla d’una nyoyeria que no tinc cap ganes d’empassar-me, i sinó vosaltres mateixos: una parella perfecta se separa per la mort per malaltia del noi, que en saber de la seva imminent desaparició comença a escriure una sèrie de cartes que anirà rebent la seva vídua durant les setmanes immediatament posteriors a la seva desaparició. D’aquesta manera provarà de fer-la sentir millor i “acompanyar-la” el màxim de temps possible durant el dol. Mare meva… La parella protagonista són la Hillary Swank (què està fotent, aquesta noia amb la seva carrera???) i el Gerard Buttler (el de 300) i la veritat és que per molt bé que estigui realitzada i -potser fins i tot escrita- desprèn un tuf d’americanada de cap de setmana que ja no puc ni plantejar-me de veure-la. Si m’equivoco, sisplau que algú m’ho expliqui i m’empassaré el meu prejudici i les meves paraules. Però és que nens, el cinema està massa car com per jugar-se-la veient coses com aquesta…

 

Bé, no sé si m’en deixo alguna, però en tot cas destacaria això, aquesta setmana. Tant de bo sigui millor del que sembla i gaudiu d’allò que aneu a veure. Ja m’anireu comentant, si us ve de gust fer-ho.

Aquí en teniu el tràiler, d’aquesta raresa preciosa… : http://es.youtube.com/watch?v=hIrond1WJEA )

 

Direcció i guió: Manoel de Oliveira.

Països: Portugal, Francia i Itàlia.

Any: 2003.

Durada: 96 min.

Gènere: ¿? Digueu-m’ho vosaltres!

Intèrprets: Leonor Silveira (Rosa María), John Malkovich (Capità John Walesa), Catherine Deneuve (Delfina), Irene Papas (Helena), Stefania Sandrelli (Francesca), Luis Miguel Cintra (Actor portugués), Filipa Almeida (María Joana).

Producció: Paulo Branco.

Fotografia: Emmanuel Machuel.

Muntatge: Valérie Loiselux.

Disseny de producció: Zé Branco.

Vestuari: Isabel Branco.

Sovint quan penso en segons quins directors m’agafa mandra. Les seves pel.lícules no connecten amb mi, o jo no connecto amb les seves pel.lícules, no ho sé pas; per alguna cosa passa. Això és clar.

Però com és cinema em rebel.lo. i no em dòna la gana. I insisteixo com un corcó i recupero fins i tot aquelles pel.lícules que se’m van rebotar per algun motiu en el passat. Perquè és clar que alguna cosa de bo han de tenir, i el fet que jo no hagi estat capaç de veure-la no vol dir que no hi sigui; només vol dir que no n’he sabut prou, per veure-la.

Quan parlo del Manoel de Oliveira em passava exactament això. Recordo a Sitges, fa uns quants anys, que es passava una de les seves, O convento. I es va cometre l’errada de projectar-la a un Festival que en aquell moment era esquizofrènic i no se sabia cap a on volia tirar. Jo el dia anterior n’havia vista una que acabava mostrant una Verge Maria com si fos un globus en mans d’una nena, i durant tota la setmana havia estat clapant de manera immisericorde a les sessions de les 16 de la tarda a l’Auditori. Però com sortia gratis, en fi…

I és clar, de cop, i després d’una sèrie d’infàmies, projecten un Oliveira. I el cuerpo no estaba para esos trotes, la veritat. I a més em penso que la van passar amb els rotllos canviats. Si no ho recordo malament. I a l’endemà la gent, a la projecció de The Rocky Horror Picture Show xisclava “Esto es cine y no lo de Oliveira!!!” I a mi em va quedar aquesta frase clavada al cervell durant anys i panys.

Fa menys anys que tot això un paio que se suposava que era amic meu i que el temps va demostrar que era tot el contrari em va parlar d’una pel.lícula, i era de l’Oliveira. I jo, que era de tot i també molt taxatiu –i rancuniós- i no em caracteritzava per concedir segones oportunitats vaig pensar que no volia veure una altra cinta d’aquest realitzador. Però com m’agradava fer-me el xulo em vaig fer l’interessant i me la vaig quedar. Dues setmanes més tard jo clapava com un impresentable i la meva ex-parella se la mirava. I quan vaig despertar vaig veure una imatge: la del John Malcovich, congelada amb cara de sorpresa, i una mena d’alarma a tot volum. I vaig preguntar “Què tal el rotllo aquest”. I em va dir: “Molt bona, l’hauries de veure”. I em vaig fer el ronso i novament l’interessant.

Però com jo era un destroyer no vaig voler veure-la. Malgrat em tenia intrigat aquella expressió del Malkovich.

Uns 3 anys més tard recupero el DVD. M’assec sol al sofà de casa i poso Um filme falado. I començo a veure el viatge d’una mare i una filla per la costa mediterrània que se suposa que acabarà amb la trobada de totes dues amb el seu marit/pare a Bombai. La mare, professora de història, aprofita per explicar-li a la seva filla el neixement de totes les grans civilitzacions que van visitant i que van marcar la nostra cultura des dels fonaments. La filla gaudeix de tot el viatge amb la seva mare, i totes dues acaben gaudint també d’uns sopars plurilingües amb tres personatges femenins al iot que comanda un capità molt interessat a la seducció… o a ser extremandament amable.

M’agrada, aquesta pel.lícula. Potser és la seva parsimònia davant les explicacions de la mare a la seva filla, per la manca de pressa i l’observació pacient del pas del temps. No ho sé. Potser també pel seu final, tremendament inesperat i allunyat del to de tota la pel.lícula… Potser per la sensació de pau que vaig respirar veient-la, o potser per una escena preciosa que protagonitza un gos lligat a un bot amarrat a un port. No ho sé del tot. Però m’agrada. I força.

Esto es cine, y no lo de Oliveira”. Encara somric davant el record d’aquella expressió. Però ara la cosa no és així. Això de l’Oliveira és cinema. I del bo.

Pàgina següent »